Medito un instante
Casi dormido
Turbado por el estrepitoso ruido del desencanto
Descubriendo la agudeza del sueño
¡Estoy conmocionado!
Ningún pensamiento se detiene
No tengo minutos para descifrar lo obvio
Impregno casi complaciendo las orillas
De todas las costras
De todos los lugares donde caben aun mas muertos
Cólicos y cólicos
El cuerpo se perpetúa en perfecta podredumbre
Vistosamente palidecida
Mientras la hipocresía arremete contra el sentimiento
La emoción y el llanto
No se como sentir dolor, me decía
Y permanecí lúgubre
Me propinare dos puñetazos
Mas tarde cubriré tu hemorragia
Soy la amalgama del coraje
El pañuelo para tu nariz ponzoñosa
Caminaremos siempre adelante
Y me deliraran contigo
Inevitablemente.
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