Me oigo
Fatigado
Un eterno lamento
Yo me oigo
¿Me escuchas?
Y en la pregunta un eco casi sórdido
Hay una musiquilla clásica en mi cabeza
Una melodía frenética y poco sinfónica
Tres cuerpos se mueven a su compás
Los tejidos
Me tuercen en quimeras
Ayer vivimos días de invierno
En que nos abrigábamos
En el sol
Me separo
Bajo aquí en la nieve
Empiezo a sufrir de frío
Y no sé en que paradero estoy
No se en que piedra voy a reventar
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2 comentarios:
Sii varias veces he escuchado esa melodia.
otras veces me confunden las voces
pq no son voces las ke escucho
sino mas bien son
tangos y una desoladora voz de una mujer
una mujer perdida en el humo de sus pensamientos.
otra veces de bocas escucho solo ruido metalico.
y cuando se da cuenta
pafff..
estas ahi retorcido con la mente
nublada
respirando frio.
A veces amiga, una simple palabra nos desnuda en el abismo insondante, de solares silenciosos.
No se hasta donde llega,
pero la desnudez,
alumbra nuestros umbrales ya sean negros o de colores: hoy entre las ropas de un duelo sinfonico, vi alzandose una mariposa destellante.
A veces son años de un nado sincronizado entre asociaciones sin alma ni significado, una poesía amanece y los huesos se revisten de libelulas azucaradas.
Detras de tanto dolor,
que nos viaja,
una sonrisa eterna se nos hace poesía.
Detras de tanta locura,
señalada y apuntada, nace la santidad de las vibraciones.
Eres amada.
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